Por Irene Vivalda
Atisbo a Medusa
blandiendo su dudoso goce
en el templo de la sabiduría
ignora que allí perderá
su hermosa cabellera.
En su lugar se acudirán
horribles serpientes que
al mirarlas, nos petrificarán.
Destino de los hombres
en busca del conocimiento,
que se escurre de la memoria
en tumultuoso teclado mudo.