Por Matilde Humar Brezauscek
Chile
Triza el alma
el dolor
de una mirada extraviada
navegando
en ese río inmóvil
donde las vidas se pierden.
Pesan
los pies que no avanzan
pasos que no se dieron
a tiempo
para frenar la caída.
Lastima
los oídos
el grito desesperado
clamando una palabra
de aliento
un abrazo.
Duele
la palabra
huérfana
en medio de las brumas.
Queman
los párpados
sin lágrimas
con el llanto
no nacido.